"Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas yu mano en esta noche
de fin de año de lechuzaas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tomo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
casi si de ello dependiera
muchisimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres."
Julio Cortázar
Pidiendo un trocito de sus mundos, fue que los invitamos a andar de nuestras mano, y casi sin saber en quienes las posaban...confiaron
Se animaron a andar caminos nuevos y entre aciertos y tropiezos siguieron la marcha. una marcha que nos demuestra que el tiempo es ese espacio que solo nosotros mismos podemos permitirnos llenar; con trabajo, con estudio, con juegos...pero sobre todo con el amor hacia todo aquello que nos rodea; y eso que nos rodea no es otra cosa que nuestro mundo, nuestro espacio, en definitiva, nuestro tiempo.
Generalmente, cuando a mitad de una clase, alguno de ustede miraba el reloj, mi voz siempre repetía:-no estén tan pendientes de la hora, de esa forma el tiempo pasará más rápido; burlen el tiempo, mantengan sus mentes ocupadas. Y así sin querer el timbre los sorprendió más de una vez. Mentes ocupadas, corazones ansiosos, bullisio en los recreos...y vaya si nos sorprendió el timbre... que ya estamos acá, conjugando en una noche: cada año, cada mes, cada día, cada hora que pasábamos intentando superar el tiempo que nos separaba de la meta anhelada.
Hoy ya pasaron seis años; y con ellos pasaron sueños, algunos cumplidos y otros por cumplir. Quedaron fantasías, historias, anécdotas...buenos y malos momentos compartidos con amigos, alguna que otra travesura y miles y miles de recuerdos. Recuerdos para ser contados permitiendo que una lágrima escape. Recuerdos que aunque parezcan lejanos, nunca podrán olvidarse.
Recuerdos...que quedarán en los que esperan, en los que siguen aquí esperando el último timbre...los que los vieron crecer: sus familias, sus vecinos, sus profesores, sus amigos...los amigos con los que compartieron las horas de escuela en los recreos.
Hoy me toca ser la voz de todos ellos, por eso es que no hablé de despedidas...es mejor hablar de tiempo; del tiempo que solo pasa en la medida que se construye; de un tiempo que es inmenso si obramos desde el corazón...si buscamos ser amigos en lugar de socios, si esperamos reencontrarnos en lugar de despedidas.
Mis queridos egresados, los invito a reir, que más decirles...no dejen de soñar, los sueños nos mantienen vivos, no teman abrir puertas; pues es causa de perder lo seguro, ir en busca de lo incierto...ustedes tienen las herramientas...NO TEMAN
y si el tiempo los dispersa y las distancias no permiten el reencuentro...o si acaso njo pueden, "por razones técnicas", tramaremos nuestras manos en el aire, como si de ello dependiera muchísimo del mundo...sabremos que por estar estando, siempre podremos volver!!!
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